vendredi, septembre 19

El sentido nonato de la posibilidad de existir.

Después de años de resistir, tenía ganas de gritar. La milésima gota de agua que revolcó el vaso fue el quinto fracaso de mi vida amorosa. ¿Cómo seguir el ejemplo que fue impuesto hace décadas atrás? Vivir toda una vida con sólo una persona, a pesar de todo lo horrible que eso conlleva en algunos casos. Vivir como si fuese una película de amor, una película que todos queremos vivir. Pero nunca llega, en esta época el romanticismo es otro tipo de arte, es otro tipo de sentimiento. Ya no se ve arraigado a solamente un ser humano, sino también a todo lo demás que nos rodea y es imposible amar solamente a una cosa. Imposible ser amante de una sola persona, porque todas tienen ese algo al cuál no me puedo resistir.
Grité, como forma de catarsis, sabiendo que eso no iba a solucionar nada, pero que el nudo en la garganta se iba a disolver para transformarse en sólo un pensamiento muy atrás en mi cerebro, listo para atormentarme cuando menos lo necesite.
Y por más que escuche a Rachmaninov, no encuentro música que me identifique tanto como el silencio. Como si solamente necesitase sentarme en una silla frente al piano y tocar las teclas sin que suenen, que sólo suenen en mi cabeza. 
El silencio, siempre vigilándome. Siempre interrumpiéndome en los momentos más hermosos, para hacerlos aún más hermosos.  
Volví a gritar, y entre gritos salieron las lágrimas por fin a relucirse y darme ese sabor amargo que sólo te da la tristeza sin sentido. 
Me recuerda que últimamente estoy reconsiderando mi existencia y te llamo, en medio de un ataque de pánico de no distinguir la realidad con la fantasía que existe en mi cabeza.
Sólo escuchás mi respiración. Intentás calmarme y entrás en pánico vos también. Pero ya es tarde, siempre es tarde para mí. Después de todo, no puedo seguir resistiendo.


Al final, pasó.

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire